Cómo Lidiar con los Fracasos en el Stand-Up: Aprendiendo a Reírte de los Momentos Incómodos
- Laura Arce
- 2 mar
- 4 Min. de lectura
A veces, un chiste no hace reír al público, o incluso peor, todo el set se siente como una batalla perdida, en ese momento es donde tienes que aplicar inteligencia emocional, que no te gane el silencio del público, pensar si el último chiste del set es suficientemente bueno para seguir hasta el final o cambiar de tema y comenzar con lo que sigue, si el chiste mas fuerte del set ya pasó y no funciono, no tienes porque terminar el bloque, recuerda siempre que la gente no sabe la letra.
El camino en el stand-up comedy no está exento de obstáculos, de hecho, uno de los mayores desafíos que enfrentamos los comediantes es lidiar con los fracasos en el escenario y tener otra presentación al dia siguiente, así como cuando eres chico y te caes de la bicicleta, lo tienes que volver a intentar.
Estos momentos incómodos son inevitables, pero lo que marca la diferencia es cómo los afrontas. Aquí te contamos cómo aprender a reírte de esos fracasos y convertirlos en una herramienta valiosa para tu crecimiento como comediante.
1. El fracaso es parte del proceso
En el stand-up, es importante recordar que no todos los chistes van a funcionar. Ni siquiera los comediantes más experimentados se salvan de las situaciones incómodas, si no mira los festivales!
De hecho, los fracasos son un componente esencial en el proceso de perfeccionar el arte de hacer reír. Un mal chiste o una mala reacción del público no significa que eres un mal comediante, sino que es una oportunidad para aprender y mejorar. Cada error te acerca más a entender lo que realmente hace reír a la gente y cómo conectar con ellos de manera auténtica.
2. Reírte de ti mismo: el poder de la autocrítica positiva
Uno de los trucos más poderosos para manejar los fracasos es aprender a reírte de ti mismo, más de una vez habrás visto un comediante decir al final “Este chiste no funciona” y simular que lo tacha de una lista, ¿es válido ese recurso? Si, claro que lo es cuando es genuino, si te pasa cuando estabas probando el chiste y no resulto como lo esperabas, ahora…si lo probaste 5 veces y no funciona, sacalo, no lo dejes porque funciona con el recurso de “estaba probando”, porque no se ríen del chiste, se rien de ver a alguien batallando con un fracaso, fuerte no? exagerada la palabra fracaso? Llamalo como quieras, la situación es esa.
Cuando algo no sale como esperabas, tomarlo con humor puede aliviar la tensión y mostrar al público que eres capaz de manejar la situación con gracia. Esta autocrítica positiva no solo te permite sobrellevar el mal momento, sino que también humaniza tu actuación. La audiencia aprecia a un comediante que no teme reconocer sus errores y es capaz de hacerlos parte del espectáculo, solo no abuses de esto y trabaja en mejorar lo que no esté funcionando en cada show, eso es parte de la autocrítica y crecimiento.
3. Convertir los fracasos en material futuro
En lugar de ver los fracasos como un retroceso, considera la posibilidad de usarlos como una fuente de inspiración, el chiste que cuentas por primera vez puede ser un disparador, lo puedes modificar las veces que consideres, no necesitas descartarlo, por ejemplo probar otro tipo de remate para la misma premisa, tu chiste remataba con lista de 3? cambia el último item, prueba rematar con una comparación o con un callback, que pasaría si el remate viene desde otra mirada? por ejemplo en cómo ve ese tema tu madre, tu novia, tu jefe, etc? cambia la perspectiva.
Quizás el chiste no fue el adecuado, pero el tipo de reacción que provocó (o la falta de ella) puede convertirse en un nuevo material, la gente suele hacer comentarios o preguntas sobre el tema, toma ese feedback, si alguien del público dijo algo gracioso, incorporarlo a la rutina, no tiene que ser literal como te lo dijeron, puedes contarlo como la reacción que fue o como que sabes que alguien piensa así, porque te lo dijeron, etc.
4. Aceptar la incomodidad como parte del show
Uno de los secretos del stand-up comedy es abrazar la incomodidad. El fracaso es una oportunidad para conocer a tu público y ajustar tu energía y tono, fin y al cabo recuerda que en la comedia tenemos un personaje o actitud de looser, la gente se rie de las desgracias en todos los tamaños, pequeños o grandes.
Si algo no funciona, está bien. Lo importante es no dejar que eso te frene. Al contrario, la incomodidad a veces es lo que más conecta con la audiencia. Ellos también pueden sentir vergüenza, frustración o incomodidad en sus vidas diarias, y verte superar esa situación de manera natural y cómica les resulta muy relatable, pueden sentir “como lo entiendo, yo lo pase” y es un punto a favor tuyo, no necesariamente despertara la risa, pero si te ayudará a conectar y ganar empatía y al pasar al siguiente chiste, no quedarte estancado, te aseguro que tu proximo remate, lo festejaran mucho más, como un logro en conjunto.
Conclusión
En el mundo del stand-up, el fracaso no es el fin del camino; es simplemente una parte del proceso. Al aprender a reírte de los momentos incómodos y convertir esos fracasos en material para futuras rutinas, estarás cultivando una de las cualidades más importantes de un comediante: la resiliencia. Así que, la próxima vez que un chiste no funcione o el público no responda como esperabas, recuerda: es solo una oportunidad para aprender, crecer y, por supuesto, hacerlos reír en el futuro.
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